AVUI FUNCIÓ

El Mago de Oz

¿Quién no tiene pánico ante las obsesiones que nos picotean?
¿Quién no se siente cobarde ante la incertidumbre?
¿Quién no parece insensible cuando arrasa con todo lo que hay a su paso?
Todos seguimos un camino de búsqueda y aceptación. Muchas veces queremos la fuerza que suponemos en los demás … Al final la fuerza está en nuestro interior.

Conrado Gargallo

12/28/2009

HISTORIA DE MI PATIO PARTICULAR


Quiero compartir con vosotros una historia que me he… Comienza así:

Cuentan que hace un tiempo que un grupo de especies de lo más
variopinto (psicoligus, educadorus, pedagogus, treballadorus,
psicopedagogus, educadorus fisicus…), todos ellos especiales e únicos,
se reúnen cada lunes para zambullirse en un lugar recóndito de esta
urbe. La entrada es posible gracias a la maga Merchus que posee la
pócima para que las puertas de dicho lugar se abran. Y cuando esto
ocurre el misterio, la magia, una cierta incertidumbre pululan por los
pasillos… nuestra mente tan predispuesta a imaginar, idear,
fantasear, conjeturar… se pone en marcha. Poco a poco, los
funcionatus, con su poder, ponen en funcionamiento un mecanismo que
permite que las puertas metálicas, momentáneamente, se desplieguen con
sus chillidos estridentes. Sonidos y olores que nos ayudan a
configurar un ambiente que rodea el espacio por el que deambulamos.
Entre palabras, bostezos, y algún que otro silencio el grupo se
predispone anímica y mentalmente a entrar, como diría Platón
metafóricamente en la cueva de aquello desconocido pero donde podemos
sentirnos reflejados.

Así las mariposas con su vivacidad de colores y brillos y las
princesas, con su encanto innato, penetran una vez atravesadas las
cavernas hasta el fondo de las mismas, donde inesperadamente la luz se
manifiesta, gracias a la existencia de un patio muy particular. En su
perímetro destacan unos ornamentos metálicos con forma de círculos
cilíndricos sólidos que nos transmiten que nos encontramos cercados y
limitados espacialmente. Pero esa sensación se desmorona cuando la
comitiva de bienvenida, formada por un conjunto de personas también
únicas y especiales, nos recibe. Las manos se estrechan creando un
vínculo entre los habitantes y los invitados al festín.
Ya que a partir de entonces la fiesta, la alegría, la diversión se
hacen presentes de la forma más esplendida y natural que surge de cada
uno de los presentes. Y esa espontaneidad reforzada por el compromiso
individual y grupal (aunque por medio circulen unos creditus) hacen
que la jornada y la activitatus tenga sentido.

Comienzan los juegos y con ellos las mariposas, las princesas y los
anfitriones empiezan a danzar, saltar, reír, brincar con un trasfondo
sutil de estimulo y positiva competitividad, entendida ésta como el
deseo de igualar y equiparar en potencialidades y posibilidades. Ya
que cada cual sabe muy bien que se puede aprender siempre y en todas
partes, y que esta actividad extraña no se reduce a los lugares y
sitios que le han sido asignados. No obstante, el eco transportaba
estas palabras: "Encuentro que se trata del mejor trabajo del mundo;
porque lo hagamos bien o mal, estamos siempre pagados de la misma
manera […] Un zapatero haciendo sus zapatos no podría echar a perder
un trozo de cuero sin que tuviese que pagar los platos rotos, pero en
nuestro caso podemos echar a perder un ser humano sin que nos cueste
nada…" MOLIÈRE, El médico a su pesar. Estas palabras escuchadas,
pronunciadas, oídas con otros términos recorren el espacio por el que
nos movemos. Su objetivo no es otro que el que reflexionásemos sobre
el tan nombrado término: modelo/referente sin caer en el peligro de
creernos ejemplos ideales a seguir, pues como muy bien le dice
Guillermo de Baskerville a su discípulo Adso de Melk: "todos tenemos pasado".

Continuará es la hora de tomar el té.

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